Encuentra el High Concept de tu proyecto creativo
¿Tienes dificultades para plantear o arrancar un proyecto? ¿Se te ha terminado el impulso, la emoción a la mitad de tu creación, y no sabes cómo salir del fango en el que te atascaste?
Al preparar un proyecto creativo, es fácil perderse en una enorme maraña de ideas y conceptos. Resulta natural, sobre todo cuando se trata de una obra ambiciosa, y, como suele decirse, los árboles nos impiden ver el bosque.
Para su feliz logro, una obra creativa requiere, ante todo, una idea fuerte y poderosa que te evitará desperdiciar meses o años de tu vida en el desarrollo de un proyecto desdibujado. Asimismo, y aunque parezca un sinsentido pues ya no hay nada nuevo bajo el sol, un buen proyecto requiere de novedad. Ahora bien, si todas las grandes ideas, todas las tramas de historias contadas desde los griegos y romanos ya han sido contadas, ¿qué hay en tu proyecto que ofrezca novedad y frescura? Aquí es donde el High Concept, una herramienta empleada ante todo en el guion de cine, entra al escenario. El High Concept no busca un tema nuevo: busca renovar un tema.
Podríamos traducir el término como Alto Concepto, pero nadie en los medios creativos lo nombra así, quizá porque impacta más en su lengua original y su significado lo capta cualquiera, no así su potencial y el uso que puede dársele.
Mucha gente emplea el High Concept como un pretexto para el marketing, y de hecho lo es, porque editores y productores de cine (no sería raro que se sumen en corto plazo empresarios y CEOs de grandes compañías) desean sacar provecho de un proyecto con ideas potentes, fáciles de contar, visualizar y vender. Pero las obras universales de la literatura y el teatro, por poner dos ejemplos, tienen un poderoso High Concept: es por decirlo así, su naturaleza. Romeo y Juleta, Hamlet o El Rey Lear de Shakespeare son de high concept. Por igual lo son tragedias griegas como Edipo rey y Medea u óperas como Las bodas de Figaro. Innumerables novelas participan del concepto, entre ellas cabe citar Moby Dick, El viejo y el mar, Nuestra Señora de París (¿cómo no recordar ese amor trágico del monstruoso Cuasimodo por la bella Esmeralda en un escenario medieval parisino?) y hasta la novela Tiburón, al lado de su película homónima.
Pero ¿qué es el High Concept?
Para ilustrar la idea del High Concept, Tiburón es uno de los mejores ejemplos. Tanto en la novela, escrita por el periodista independiente Peter Benchley, como en la adaptación cinematográfica que casi en simultáneo preparó Steven Spilberg, hay puntos fundamentales de la herramienta. Una breve sinopsis de la obra quedaría así: Un pueblo costero del este de Estados Unidos se ve amenazado por un gigantesco tiburón blanco que ha atacado a varias personas. Por ello, el alcalde de la localidad encomienda la caza del pez al jefe de la policía, un pescador y a un científico quienes se enfrentarán a un animal muy inteligente y violento.
El High Concept de esta historia saltará mejor a la vista si nos ceñimos a las cinco características del alto concepto que propone Lori Wilde en Got High Concept:
1. Es diferente: Una obra permeada por un buen High Concept renueva de una u otra manera lo que ya conocemos de un tema o de una historia contada hasta el hartazgo. Hasta antes de Tiburón, se sabía de esos animales como atacantes esporádicos de seres humanos, más en defensa propia o como cazadores para comerse a otras especies marinas. Seguro que había una forma diferente de abordar el tema, alguna pregunta que nadie se hubiese hecho. Para Benchley y Spielberg, la pregunta, el what if, consistió en algo así como ¿qué tal si en la costa Este de los EE UU, más o menos a la altura de Long Island, hubiese un tiburón comiéndose y aterrorizando a los turistas en pleno verano vacacional? La pregunta obligada para el lector/espectador era, fue y será ¿qué ocurrirá a continuación?
¿Qué de particular tiene esta idea? Se trata de un tiburón blanco que come gente. Por supuesto que los tiburones (quizá en casos muy aislados y providenciales) no frecuentan las costas para matar y comer reiteradamente personas. Pero este tiburón sí. Y es blanco.
2. Es universal: Nuestro proyecto debe tocar un tema que importe a todo el mundo (por supuesto, antes que nada, a nosotros). El tema de Tiburón se ha insertado tanto en el inconsciente colectivo que se ha convertido en universal: incluso, de algún modo, pervirtió la idea que se tenía de los tiburones hasta antes de la novela y su adaptación al cine. Por fortuna, y lo sabemos, todo es ficción.
3. Tiene interés emocional: En Tiburón, predomina la emoción del miedo, el terror animal: esa aleta que se asoma en la superficie para inspeccionar, los siete metros de longitud del depredador, sus ojos negros inexpresivos, sin vida. Esos afilados cuchillos que tiene por dientes….
4. Es visual: Leyendo ante todo la novela, vemos como una omnipresencia a ese asesino del mar y de la costa: «El gran pez se movía silenciosamente a través de las aguas nocturnas, propulsado por los rítmicos movimientos de su cola en forma de media luna…”
5. Se puede reducir fácilmente a una sola frase: Un tiburón blanco que devora gente.
Esto es, en esencia, la idea central del High Concept. El arte está en hallarla y manejarla con malicia para tu propio proyecto creativo. No importa qué tipo de tema o género te esfuerces cultivar, la comprensión de la importancia del Alto Concepto puede dar un giro de 180 grados a tu proyecto. Podríamos definir el High Concept como una idea atractiva que se puede expresar de un modo breve e impactante.
¡Acudamos a tu proyecto!
Desde mi punto de vista, esta característica colocará en un nivel plus a tu proyecto. El propósito de trabajar conmigo es crear y hacer un seguimiento en tu High Concept, de modo que se vea reflejado en cada avance de tu proyecto creativo y no se quede en intenciones.

Durante años, he asesorado proyectos creativos desde su concepción (ya sea para su propuesta para un pitching editorial o cinematográfico, o para la solicitud de una beca artística como las del FONCA), a media marcha o en su fase final (lectura de manuscritos incluida), y a últimas fechas el High Concept ha constituido la herramienta más poderosa, pues además de dotar de un buen comienzo a los proyectos o reorietarlos, permite al creador trabajar por cuenta propia y gran parte de las veces monitorear su avance para no perder ese Alto Concepto.
Actualmente, asesoro proyectos de guion (corto y largometraje), novelas, libros relatos o relatos sueltos y fotografía narrativa (cuento con bases sólidas en el área y material fotográfico publicado). He trabajado también con poetas en la elaboración de ese alto concepto que, más allá de su lenguaje o poética, permee la generalidad de su proyecto. Algunos creadores con quienes he colaborado en su planeación artística son: Catalina Kühne (narradora), Andrés de Haro (fotógrafo), Cinthia López (poeta y fotógrafa), Manuel Barroso (novelista), Ignacio Casas (novelista, locutor), Edgar Ortiz Barrón (fotógrafo, documentalista y escritor) y Agustín Martínez (fotógrafo).
Costos
Sesiones abreviadas de High Concept por Zoom de una hora: 1000 MXN. Sesiones extendidas de tres horas: 2500 MXN (pueden ser presenciales si lo deseas).
Escríbeme a isaimoreno@gmail.com o contáctame por WhatsApp.
Si deseas la lectura de manuscritos completos, visita Mis servicios.