Alain Robbe-Grillet, uno de los precursores de la nouveau roman (la nueva novela), apostó por una narrativa experimental basada en la libertad temática, en la «aventura de la escritura» frente a la novela social predominante. El autor se caracterizó por rechazar la interpretación psicológica de los personajes, y apostó a la desaparición del narrador, haciendo lo posible por invisibilizarlo el relato. Concebía a sus guiones como cine-roman, o cine-novela.
Este autor francés, novelista y guionista, escribió el libreto de El año pasado en Marienbad, filme de 1961 de Alain Resnais. Mucho se ha dicho de la influencia, que no adaptación, de la novela de Adolfo Bioy Casares La invención de Morel en Robbe-Grillet para escribir el guión de la película. El autor negó haber hecho una adaptación, o hallar una relación con la novela susodicha, aunque sí la leyó y recomendó.
Lo que me gustó de la novela —afirma— era un tipo de comportamiento de los personajes que ya estaba en obras anteriores, y sí es muy curioso que en el momento en que el personaje de la primera historia reaparece por primera vez, Bioy Casares hable de “gente que baila, que pasea y que se baña en la pileta, como veraneantes instalados de hace tiempo en Los Teques o en Marienbad”.
¿Qué relación hay entre la nueva novela y el nuevo cine franceses? Tanto la novel vague como la noveau roman rechazan las nociones convencionales de personaje y trama (entiéndase la última como la rectora de los sucesos dramáticos). La nueva corriente literaria fue conocida como Escuela de la mirada (L’École du regard), por las minuciosas descripciones ópticas, por eliminar interiorismos e ir en contra del «mito de la profundidad». Los nuevos novelistas optaron por —en palabras de ellos—»la aventura de una escritura, ante todo, una búsqueda sin finalidad, una exploración del subconsciente, y en la cual el asunto, los personajes, la intriga y las situaciones se diluyen».
En Por una nueva novela (descargar aquí), Alain Robbe-Grillet afirma las siguientes cosas:
- Todos los elementos técnicos del relato —empleo sistemático del pasado simple y de la tercera persona, adopción incondiocional del desarrollo cronológico, tramas lineales, curva regular de las pasiones, tensión de cada episodio hacia un final, etc.—, todo apuntaba a imponer la imagen de un universo estable, coherente, continuo, unívoco, enteramente descifrable. Como no era cuestionada aun la inteligibilidad del mundo, contar no planteaba problemas. La escritura de novelas era inocente.
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Pero… la trama había dejado de ser el armazón del relato. Las exigencias de la anécdota son sin duda menos apremiantes para Proust que para Flaubert, para Faulkner que para Proust, para Beckett que para Faulkner… Ya se trata de otra cosa. Contar se ha vuelto propiamente imposible.
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En los autores citados, las muchas historias que narran en sus novelas se disuelven para recomponerse en una arquitectura mental del tiempo. En estos novelistas (podemos extender la idea a los nuevos cineastas) no es la anécdota lo que falta. sino su carácter de certeza, su tranquilidad, su inocencia. La fuerza del novelista está justamente en que inventa, inventa con toda libertad, sin modelo. Lo notable del relato moderno consiste en esto: en que afirma deliberadamente ese carácter, hasta el punto de que la propia invención, la imaginación, se vuelven en última instancia el tema del libro.
Mucho de lo escrito por él se refleja en la película El año pasado en Marienbad, cuya no-trama depende de su pluma y se conjunta de manera gemela con la dirección magistral de Alain Resnais, que comulgaba con todas sus ideas. Mirando Hiroshima mon amor, dirigida también por él y cuya guionista es la novelista Marguerite Duras, observamos las mismas tendencias temáticas y antinarrativas. Duras, aunque no de manera declarada, abraza las ideas de la noveau roman y deja ver en su obra novelística esa ruptura con la trama tradicional.
Sin exagerar, podría decirse que además de la arquitectura mental del tiempo, tanto la nueva novela francesa como el cine están atravesados por la obsesión de la memoria.
Visualmente, en tres minutos y cuarenta y nueve segundos, este videoclip de Blur al tema To The End (en el álbum Park Life) resume esta antimanera narrativa de contar: Además de inspirarse en el filme de Resnais escrito por Robbe-Grillet, sigue una estructura narrativa donde prima la susodicha arquitectura mental del tiempo e intercala diálogos reales de El año pasado en Marienbad con el deconstruido videoclip.